Las pasiones del alma no son nada ante la trivialidad del mundo actual. Ante los "becerros de oro" en forma de iconos admirados y seguidos por las masas no hay dolor que pueda manifestarse. La indiferencia permanente ante la tragedia, el desamor o el amor, es sustituida por el endiosamiento de los seres vacíos, los que adornan su existencia con colores y camuflan su banalidad proyectándose como mitos a los que hay que adorar. Es el juego de la frivolidad el único permitido, el único que podemos asumir.
Ruiz&Polo,
Barcelona.