El trabajo de D.Ruiz y V.Polo se crea a través de una colaboración que comenzó en 2020. Mediante la combinación de diversos medios en un formato digital, Ruiz & Polo crean impresiones únicas y únicas que ofrecen una experiencia fluida y tangible a su publico Trabajar con el medio digital permite que su proceso incluya la experimentación con decisiones estéticas a través de un ensamblaje rápido y esbozo. Las composiciones se refinan después mediante un proceso más lento de contemplación, reflexión, discusión y selección. La obra se esfuerza por tender un puente entre la fluidez de los medios contemporáneos y los fundamentos de un canon histórico artístico bidimensional, ya que sus impresiones digitales terminadas se comunican con las tradiciones pictóricas de un objeto en una pared.
Tanto Ruiz como Polo tenían prácticas creativas antes de su colaboración. V.Polo tiene experiencia en diseño gráfico y fotografía documental; dibujaba y pintaba en su tiempo libre. Ruiz también tenía experiencia con la fotografía y ha escrito obras para teatro. Sin embargo, se conoció en un contexto profesional: Ruiz es analista junguiano e impartió una conferencia sobre psicología a la que asistió a Polo. Se hicieron amigos y colaboradores a través de una profunda comprensión simpática, transmitida por la impresión de que eran dos viejas almas que se reconocían. La profundidad del encuentro de estas almas se simboliza en su obra; una expresión dinámica y lúdica se transmuta a través de una representación audaz y una teoría del color alegre.
En el medio digital, Ruiz & Polo encontraron una fusión de su experiencia dentro de unos formatos que les resultaron apasionantes: "el arte en pantalla y la obra física enmarcada, la fotografía y el retoque digital, el pincel y el photoshop, los tubos de pintura y los colores RGB, que luego se configurarán en CMYK" Su medio y su proceso también les permitirán extraer sus influencias, que van desde la teoría psicoanalítica, como el concepto junguiano de "la sombra", hasta los movimientos históricos del arte, incluidos el impresionismo abstracto y el arte pop. En concreto, los colaboradores nombran como influencias a artistas como Andy Warhol y David Hockney, Joan Miró y Henri Matisse, y un estudio hilo conductor entre ellos se refleja en su práctica, a través de un rechazo de la profundidad de campo convencional y una transmisión accesible, aunque compleja, del tema.
La escala de sus obras acabadas es de tamaño considerable -hasta 2 por 1,5 metros en algunas obras- y tienen ambiciones de trabajar en formatos aún mayores. Citando directamente a Ruiz&Polo 'Queremos hacer obras cuyo primer impacto sea estético y que posteriormente produzcan una reflexión a través de la ambigüedad de las imágenes, para lo cual no obstante el espectador debe ser también cocreador de lo que está percibiendo'.
Su uso del color se deriva no sólo de decisiones en torno a las acertadas cualidades estéticas de sus composiciones, sino también del contexto. Una alegría está arraigada en su colaboración y en su gran sensación de logro por producir obras durante la difícil época de la pandemia. Esta alegría se refleja en una profunda exuberancia en la estratificación, así como en la variedad de tonos. Inspirándose en influencias de los movimientos posmoderno y surrealista, los artistas buscan un lenguaje visual que exprese una sensación de vitalidad y apertura intuitiva, que contrasta fuertemente con el pesimismo y el cinismo de los tiempos actuales.
El lenguaje visual que articulan Ruiz y Polo se apoya en los espacios en los que se cruzan sus perspectivas, así como en los que divergen sus experiencias vitales y su educación.
La experiencia subjetiva de Ruiz se fundamenta en sus amplias credenciales en terapia psicológica y análisis junguiano. Sin embargo, su impulso creativo también está informado por una vitalidad festiva en su interior y una sensación de expansión intuitiva. La profunda introspección de Polo, conectada a una navegación trascendental por el mundo, se equilibra con las profesiones creativas pero pragmáticas del diseño gráfico y la fotografía. Citándoles en relación a su alineación, en paralelo o en contraste: "En cierto modo, cada uno de nosotros es el reverso del otro. En nuestras trayectorias personales, hemos tenido que desarrollar la conciencia del "otro", salir de nosotros mismos para empatizar con los que sufren, y eso nos ha hecho necesitar reír y emocionarnos'.
En su manifiesto, se transmite una generosidad en la intención de la obra. La obra busca una identificación de lo común en el espectador: una apelación a una perspectiva positiva y una sutil ironía en respuesta a las construcciones y normas sociales. Esta identificación de lo común es empático con una necesidad de liberación; un compromiso con una ligereza que se aleja, aunque sea momentáneamente, de los modos subjetivos de coherencia.
Ruiz&Polo,
Barcelona.